Día de prisas

Demasiadas tareas previstas para la mañana y la tarde pensadas para una noche especial. Los preparativos contra reloj iban arruinando todo el placer de la anticipación. Pasé un largo rato atento a los problemas y al comienzo del sueño, y antes de que llegaran todos, el cansancio había desaparecido sin darme cuenta.

Presencia

No llegué a notar el paso del viento, pero sí el roce de tu pelo en mi cuello. Y recordé enseguida el comienzo del día. Con los ojos cerrados, lo primero que sentí fue un leve respirar.

Compañero

Empecé muy temprano a pintar el balcón de mi cuarto de invitados. Desde un extremo del principal se ve la entrada de mi colegio de finales de los 70. Miré a una joven madre después de oír ¡Venga ya, que pareces bobo! El tono demasiado impaciente me molestó de forma algo personal. De niño me paraba en el camino a mirar las cosas con calma. Según la opinión de los demás, demasiado detenidamente. Ya me notaban que era menos consciente de circunstancias como la prisa.

Otra de arena

Progresará maravillosamente la especie humana, se realizarán las más fecundas transformaciones. Junto a un balcón, en una ciudad, en una casa, siempre habrá un hombre con la cabeza, meditadora y triste, reclinada en la mano. No le podrán quitar el dolorido sentir. (Azorín)

Las mejores vidas se desarrollan acompañadas de temores, pérdidas, errores y disgustos. Las otras tienen, no muy lejos, suficientes consuelos y esperanzas.