La vejez añade un mérito más a los admirables héroes del pasado. Vicente Aleixandre descubrió la poesía con el apasionado americano Rubén Darío.
La vida es un dolor fue una de sus últimas frases, que preferiría haber olvidado. Su constante trabajo tardío demuestra que no se declaró vencido por la desesperación. Siempre tuvo algo que hacer y que esperar. Un calor interior mayor que el deslucido sol de invierno.
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