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Tuesday, October 21, 2008

Relación perecedera

Su ex nos sirvió lo mismo y no le tendió su copa en primer lugar. Yo no quería averiguar si la marca de vodka era de las que me sientan mal. De ella sólo sabía que pasaría en poco tiempo y que su madre era una rubia natural que se conservaba francamente bien. Era el menos indicado para hablarle. Nadie me considera la alegría de la huerta. Cuando me dijo que siempre la saludé fríamente confirmé que habían roto, y que tenía cierto interés por mi copa intacta y por hablar mal de alguien. Estaría de su parte un rato para luego ir pasándome de bando. Sigo sin tener ni idea de a qué responsabilidades quedamos obligados con alguien a quien no quieres seguir viendo. Se despidió con un débil e inmerecido gracias.

3 comments:

Wilson Maravella said...

Nos cuesta, nos contradice, nos enferma pero esta es la respiración de la vida; pasa, pasa y ya está.

Respecto a cuando se sube el telón, creo que es más productivo aparentar que nada existió, comenzar desde justo antes y casi de nuevo

Iracundo said...

"Sigo sin tener ni idea de a qué responsabilidades quedamos obligados con alguien a quien no quieres seguir viendo. Se despidió con un débil e inmerecido gracias."

Eso tiene gracia. Me he acordado de que a veces es un juez el que te recuerda la obligación post-conyugal, en forma de pensión alimenticia (sobre todo si además has dejado hijos). Así, a un conocido tras divorciarse, el juez se lo ha recordado al detalle; en cuantía y periodicidad.

Volviendo al tema en serio, en cuanto a lo de aparentar que nada existió, eso lo dejo para aquel cuya condición se lo permita. Para algunos, con lo nostálgicos que somos y lo poco que olvidamos no es posible.

Apenas si he podido alguna vez huir de mi pasado. Cierto es que la vida pasa y ya está, aunque algunos insistan en aferrarse a ella; a la vida pasada, que puede ser lo malo.
Aunque, curiosamente, a veces encontramos regocijo en ese tipo de melancolía.

Si el estado anímico se ve perjudicado, como consuelo queda la realidad de que ya no es nada, que sólo son recuerdos de cosas que ya no existen. Entonces es cuando debemos tener claro que olvidemos o no, la vida pasa, pasa y sigue.

nomecentro said...

La vida en sociedad nos crea obligaciones hasta para con los enemigos vencidos. Decir que los hijos se dejan [a la titular] suena a finalización de contrato de arrendamiento. El Código Civil, tan interconexionado con la moral tradicional y tan intrusivo en la vida personal, no para de crecer en tamaño y detalle. Una exigencia general a que aumente la protección de cada individuo fuerza su crecimiento y ubicuidad. La ruptura aludida fue dolorosa en proporciones muy dispares. Cuando se deshace unilateralmente un trato que se entendía de forma distinta por cada parte, una pierde rotundamente.