Dance there upon the shore;
What need have you to care
For wind or water's roar?
[...]
What need have you to dread
The monstrous crying of wind?
(Yeats, Responsibilities, 1914)
Baila allí sobre la orilla;
¿Por qué ha de preocuparte
el rugido del agua y del viento?...
7 comments:
Porque el rugido del agua y del viento ahogan tu orilla en una soledad que soñaste siempre con olvidar o evitar
Quizá muy anticuado, como muchos opinan. Mirando tantas veces al pasado remoto, Yeats no puede librarse hoy de esa crítica. Alcanzar la gracia a través de un esfuerzo. Parte del olvidado Areté y ajeno al estilo actual. Los elementos hostiles mencionados en los textos de esos años no son demasiado insorteables.
Muy romántico el paraje marino... Simbología de lo insondable, aunque reconozco que no sé si Yeats fue Romántico...
Saludos y gracias por pasar por el Blog; tus aportes me nutren y dejan reflexionando (siempre sin excepciones...) Un gusto;
Aquileana
A mí sus descripciones de mujeres me resultan algo artificiosas y distantes (Al ceñirte en mis brazos estrecho/ contra mi corazón la belleza), pero siempre se me quedan detalles en la memoria (Cuando tú suspiras entre beso y beso...El resplandor que veo si te acercas... Y yo reposaría mi frente sobre tu pecho... Besaré sus labios y cogeré sus manos... Que palpite tu corazón sobre mi corazón). No llega muy lejos para lo que se espera hoy.
Qué hermoso.
No me parece anticuado. Al menos para mí resulta próximo. Incluso encuentro bien expresado el elemento de hostilidad que describes como poco amenzador para los actuales tiempos.
Me encanta.
Un saludo,
Ada
El gran Yeats tenía un poder para encantar como pocos han tenido. Sobre todo por afecto, no puedo evitar considerarlo un gran ejemplo del efecto maléfico de las modas. Siento como si hubiese interpuesta una fórmula caduca que hace necesaria una traducción o adaptación. Sin duda desarrolló un gran conocimiento sobre las relaciones de pareja, y el amor como tema aparece en su obra con más frecuencia que en los boleros. Pero a mí no me llegan las imágenes de palomas con saudade. En otras épocas parece obsesionado con el fin de la vida pero el poema de la orilla rugiente está entre muchos de florecillas y mariposas. Los problemas, dudas, y temores de su época son en lo básico trasladables. Visto desde nuestro egocentrismo actual, alguien tan grande debió haber limitado el tema de las campanillas del bosque.
Entiendo. Mayor hallazgo aún entonces estos tres versos que me llevo conmigo.
Un saludo.
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