Día de prisas

Demasiadas tareas previstas para la mañana y la tarde pensadas para una noche especial. Los preparativos contra reloj iban arruinando todo el placer de la anticipación. Pasé un largo rato atento a los problemas y al comienzo del sueño, y antes de que llegaran todos, el cansancio había desaparecido sin darme cuenta.

Presencia

No llegué a notar el paso del viento, pero sí el roce de tu pelo en mi cuello. Y recordé enseguida el comienzo del día. Con los ojos cerrados, lo primero que sentí fue un leve respirar.

Compañero

Empecé muy temprano a pintar el balcón de mi cuarto de invitados. Desde un extremo del principal se ve la entrada de mi colegio de finales de los 70. Miré a una joven madre después de oír ¡Venga ya, que pareces bobo! El tono demasiado impaciente me molestó de forma algo personal. De niño me paraba en el camino a mirar las cosas con calma. Según la opinión de los demás, demasiado detenidamente. Ya me notaban que era menos consciente de circunstancias como la prisa.

Otra de arena

Progresará maravillosamente la especie humana, se realizarán las más fecundas transformaciones. Junto a un balcón, en una ciudad, en una casa, siempre habrá un hombre con la cabeza, meditadora y triste, reclinada en la mano. No le podrán quitar el dolorido sentir. (Azorín)

Las mejores vidas se desarrollan acompañadas de temores, pérdidas, errores y disgustos. Las otras tienen, no muy lejos, suficientes consuelos y esperanzas.

Serpiente vivípara

¡Benditos mil veces los cañones que, sobre el haz de la espantada tierra, van forjando compactas las naciones en el sonante yunque de la guerra! (Federico Balart, 1831-1905)

Aunque su madre no tenía ninguna culpa se me pudo oír nombrarla haciendo referencia a un antiguo oficio. Los descendientes de Caín nacemos todos inocentes y sin conciencia de patria. La parte que debe disculpas viene después. Los menos conscientes de las consecuencias de sus actos son los primeros en encontrar razones para abrir fuego y los últimos en parar.

Claro, claro

Asentí para poder seguir mi pensamiento sin distracciones. La parte hipócrita no es tan grave. La vida es así se usa como una fórmula, igual que feliz navidad o no somos nada. Llama a la conformidad, a dejar las cosas sin darles más vueltas. La oí pronunciar cuando comparaba cantidades ideales de madurez y paciencia. Desde hace algún tiempo creo que mi escasa madurez se va redistribuyendo de forma desigual por áreas, y acababa de ver que a mi paciencia le ocurre lo mismo.

Ultimátum

J.C. escribe justo al final de su email que viene estas navidades sin acompañante (sic). Sólo sus amigas íntimas sabían que era una medida anunciada. Hoy me contaron que el reloj biológico fijó esta fecha el año pasado. Yo pensaba que la maternidad era más negociable en mitad de la treintena.

Tallas

Y para terminar de arreglar esta torpe temporada añado una nueva forma de mentir. Hablaba con mi primo de lo bien que se llevan mis hermanos con una rama de la familia que no es la suya. Siempre tuve muy claro quién era mi tía favorita, pero nunca ma atreví a pensar en quién ocuparía el último lugar. Después de una especie de comparación inconsciente, vi una diferencia enorme entre ambas y permanecí callado un buen rato.

Lugares comunes

Con la mitad de mis cosas en cada piso, el acto de nombrar mi casa me trae una ligera sensación de desarraigo. El nuevo es más libre y práctico. Es una decisión sin muchas dudas. Los recuerdos no van a perderse, pero los rincones que los evocan ya empezaron a desaparecer en grandes cajas. Vuelvo a pensarlo cada día, veo las ventajas más claras, y me cuesta marcharme igual.

Velocidad

Hoy fui a ver a mi sobrino correr 200 metros de la avenida marítima. Miles de corredores indistinguibles pasaban por una meta gigante. Mi colegio nos llevaba al mismo sitio. Era todo muy parecido aunque no estaba el marcador del tiempo transcurrido. Me di cuenta de que los padres se alegran de ver crecer al hijo y a la vez echan de menos al niño de pocos meses y al del año pasado.